TéCNICAS DE REDACCIóN
autores:
Javier Temoxtle Rojas - Zemei Tepole Cano
CONCEPTO DE REDACCIóN
Redactar -observa Hilda Basulto- es una actividad comunicativa de primer orden, que implica un estado cultural avanzado de quien la ejercita.2 Como no se trata de un acto
cuyo dominio se practica de manera mecánica, sino de un proceso de construcción
de productos
escritos, su aprendizaje y su
práctica demandan un cuidadoso proceso de elaboración de
su materia prima
-el pensamiento- y
de su forma
de expresión o presentación por medio de textos escritos.
De esta concepción dialéctica de la escritura -que vincula el pensar con el
escribir- deriva la necesaria y estrecha relación entre contenido y forma, que
todo redactor debe valorar como prioritaria y como eje de cualquier ejercicio
que se proponga realizar. En torno a ella giran, pues, las características o
cualidades de la buena redacción, que enseguida analizamos.
Características de la redacción
•A.- Claridad
•Característica
primera de la buena redacción es la claridad. Si la intención de
quienes escribimos es que nos entienda un amplio público, esto nos exige
claridad en las ideas y transparencia expositiva; es decir -como indica Gonzalo
Martín Vivaldi- “visión clara de los hechos o de las ideas y exposición neta y
tersa de los mismos”.3 A la claridad mental o de ideas debe corresponder un
lenguaje fácil, basado en palabras transparentes y frases breves, con el firme
propósito de que el pensamiento de quien escribe llegue a la mente del lector
desde la primera lectura del escrito; una relectura obligada del mismo estaría
mostrando su oscuridad o su rareza, en tanto que su relectura voluntaria o
interesada indicaría que ha resultado atractivo o importante para el lector.
•B.- Concisión
•Otra obligación de la
prosa, como señala Zavala Ruíz, es la concisión, virtud o cualidad que
consiste en decir lo más con lo menos, ahorrar palabras y evitar lo
innecesario. El autor nos invita, con Azorín, a no entretenernos y destaca que
ser conciso exige precisión en el lenguaje, combatir el exceso verbal y el
regodeo, y acabar con las imprecisiones “que tratan de explicar a sus amigas,
las vaguedades
•C.- Sencillez
•Uno y otro autor
identifican la sencillez -que consiste en emplear palabras de uso común-
como tercera cualidad de la buena redacción. Martín Vivaldi afirma que la
sencillez no quiere decir vulgaridad; que con palabras de uso común se pueden
expresar elevados pensamientos, y que esta obligación del buen redactor va de
la mano con la naturalidad. Ser sencillo es huír de lo enredado, de lo artificioso, de lo
complicado, de lo barroco en suma; y ser natural “es decir naturalmente lo
natural”. Sencillo es aquel escritor que utiliza palabras de fácil comprensión;
y natural, quien al escribir se sirve de su propio vocabulario, de su habitual
modo expresivo.
Las fases o momentos de la redacción
•A.- Planeación o pre-escritura
•Así como en el
proceso de investigación el planteamiento de un problema resulta de revisar
cuidadosamente de las fuentes de información, el proceso de redacción comienza
por la lectura de aquellos materiales que nos han de brindar los datos, ideas y
pensamientos que deseamos plasmar en nuestros escritos. Si entendemos
la lectura como un acto de diálogo con los autores de
los textos, podemos expresar nuestra respuesta de dos maneras: preguntando al
autor y a nosotros mismos si entendemos el contenido
propuesto; y cuestionando si estamos o no de
acuerdo con el enfoque o la postura metodológica que adopta
el autor frente al tema-objeto del escrito que él nos propone. La forma
material de nuestra respuesta será el subrayado de lo que nos llama
la atención, es decir, de aquello que a nuestro juicio nutre el tema que nos
proponemos estudiar y exponer por escrito: por nutrición entendemos -se esté o
no de acuerdo con el enfoque o la postura del autor- todas las ideas que a
partir de la lectura decidimos incorporar a nuestro pensamiento y, por tanto, a
nuestro discurso.
•B.- Escritura o redacción del escrito
•Compartimos en este
apartado las pautas que propone Armando F. Zubizarreta en su didáctica obra La
aventura del trabajo intelectual. Cómo estudiar e investigar, en cuyo capítulo 19
aborda el tema bajo el título “La composición y la redacción”.10 El trabajo científico -plantea nuestro autor-
es una construcción unitaria, cuyos elementos se conjugan de tal modo que todos
se apoyan en la armadura general al tiempo que sirven a dicha estructura. De
allí que dicha construcción suponga un estrecho vínculo y servicio entre las partes inmediatamente
relacionadas.
•C.- Revisión o pos-escritura
•En virtud de la
observación, arriba planteada, en el sentido de que quienes redactan mal no
planean ni revisan sus escritos, en nuestros cursos-taller de redacción hemos
puesto en práctica la siguiente exigencia: el texto-producto terminal del
taller deberá incluir, además de su versión final, la lista del mandado o
lluvia de ideas, el árbol de ideas, y por lo menos tres borradores del escrito;
ello con el propósito de que cada uno de los estudiantes pueda apreciar la
evolución y el progreso de su aprendizaje.